Caution!

CAUTION: THESIS WRITING IN PROGRESS!

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sábado, junio 25, 2005

A new hope




La Tercera Genereación: una nueva esperanza.

viernes, junio 24, 2005

Torpeza Intrínseca

En la oscuridad donde se extiendes las sombras, quince mortales escalones me separan del país de la luz y la felicidad: la nevera a las dos de la madrugada.
Sólo se oye el viento ululando en el alféizar de la ventana, una luz trémula inunda la estancia, haciendo que un inofensivo vaso de agua y la luz que dispersa se asemeje más a un demonio de horribles formas puntiaguas. El corazón late en mis sienes, dos escalones, tres, cuatro. Aferro con fuerza la barandilla de madera e intento concentrarme, cinco, seis, un giro, siete, un giro…
De pronto, ante mi sorpresa, mi pie no toca el frío y duro octavo escalón, una oscura sombra se mueve entre las sombras, una sombra peluda, blanda y caliente. Pero la inercia puede conmigo, soy incapaz de frenar mi cuerpo que en un paroxismo de terror se retuerce y encoge y aferra desesperadamente a la oscuridad, donde nada, salvo un frío silencio quebrado ahora por un desgarrador grito de la negra criatura puede frenar mi caída. Con un sonoro “¡Aaaagh! Maldito Gatooooooooo” caigo por sobre los restantes escalones, golpeando mis costillas con todos los oscuros vértices de la escalera.

Soy torpe.

Es una torpeza intrínseca, típica de objetos con alto movimiento browniano como yo. Se puede comprobar mi torpeza en múltiples facetas de la vida física de interactuación con la materia. Mucha gente está tan convencida de mi torpeza que, erróneamente, confunden mi torpeza con la torpeza enana, como si eso fuese algo inherente. Hay que ganárselo.

Pongamos algunos ejemplos.

Caso clásico

En un sistema en reposo, donde no hay ningún tipo de aceleración centrípeta, no se producen los efectos de Match, ya sabéis, como cuando hacéis girar un cubo lleno de agua y el líquido se pega a las paredes y se hace un vórtice cada vez más profundo según aumentáis la velocidad de giro, algo parecido pasa cuando se mueve el café con la cucharilla. Pues bien, sean dos ponentes de una conferencia de física preparando sesudamente su exposición. Deciden, para aguantar el duro trabajo, proveerse de energía química: leche y galletas. Sea un brick de leche ortoédrico, con una abertura pequeña en la cara superior. Las paredes del recipiente son flexibles, de modo que es posible hacer una compresión isoterma.
Se produce entonces una situación inesperada: al contrario de lo que suele ocurrir, i.e.se vierte leche sobre los vasos a através de la abertura y se acabó, el ponente 2 decide comprobar los efectos de la hidrostática para un brick de leche con sólo una abertura: comprimiendo las paredes laterales se reduce el volumen interno y el líquido se desplaza a través de la abertura, inundando el escritorio, y parte de los apuntes, de leche. Como el ponente tieme espíritu científico comprueba que ocurre lo mismo para una situación similar: en efecto, ocurre, la leche se extiende de nuevo y gotea por doquier.

Caso relativista

Sean dos sistemas, C y G que se mueven uno respecto de otro. El primer sistema inercial C se mueve con velocidad doble que el primero, visto desde un tercer sistema en reposo M, digamos, una mesa de la facultad. El primer sistema en reposo tiene un pantalón muy ajustado, un trasero estupendo con un movimiento oscilatorio armónico simple de lo más preciso y un pelo interesante. En el segundo sistema G, tras unos segundos de estudio, se observa que este movimiento periódico se ve amortiguado, debido a que el sistema C se está alejando y en los extremos del movimiento, que es cuando se emite una señal, se ve un pequeño retardo. Es decir, el sistema C está acelerando respecto de G, que ha quedado anonadado tras la visión. Se decide entones que el sistema G gane de nuevo velocidad e incluso supere al sistema C. Esto es visto desde el sistema en reposo M como algo arriesgado y potencialmente torpe ya que en su propio sistema hay una puerta de cristal de un módulo abierta, que es perpendicular a la dirección del sistema G.

Claro que el sistema G está tan obstuso con su intento de ganar velocidad y a la vez no perder detalle del movimiento armónico que no percibe la luz reflejada desde al puerta de cristal. Quizá porque incida justo en ángulo de Brewster y como estamos tratando un problema de dos dimensiones, no hay componente perpendicular que valga.

Desde el sistema M es todo evidente: G no podrá alcanzar a C antes de chocar con la puerta de cristal.

Desafortunadamente para M, G es capaz de frenar, de manera bastante penosa (porque no cumple su objetivo de ver la cara de C) evitando un choque totalmente inelástico contra la puerta. ¿Qué ve el sistema C? Lo evidente: que de pronto su persecutor ha desaparecido, probablemente porque no se ha fijado en la puerta de cristal, que sí era observada desde C, y ha chocado con ella.

Caso atómico

Sea un estudiante encerrado miserablemente en un pozo de potencial de exámenes unidimensional sin energía suficiente para superar la barrera. Por efecto túnel sabemos que este encerramiento no es perfecto, y que aunque estamos estudiando, no sabemos con certeza si lo estamos haciendo en este momento. Así que es probable que el estudiante haya escapado de la barrera temporalmente para tomarse un helado y luego volver al triste pozo. Una vez ha escapado y a la luz del sol, se da cuenta de que no ve un carajo con sus gafas tristemente sucias debido a la cantidad de fotones lacrimales que ha emitido al pasar en vano de uno a otro nivel para ver si puede escapar de la barrera de exámenes. Y entonces decide usar la camiseta de estructura limpia y fina para aprovechar algo de energía y dar brillo a sus gafas angulares.

Todos los puntos analíticos de la camiseta son estupendos para cumplir este objetivo, salvo uno, que es una singularidad esencial, donde hay una partícula mosquitil aposentada, que haría aniquilar el proceso de limpiado produciendo enormes cantidades de fotones lacrimales y muones asco en el hipotético caso de llegar al cristal.

Es evidente que el estudiante no va a aplicar la función limpiado en ese punto, teniendo otros tantos infinitos donde la cosa puede ir bien. Pero recordemos que estamos en régimen de torpeza potencial, por tanto, el punto singular de la camiseta es también un atractor asintóticamente estable, así pues el estudiante decide coger ese punto y limpiar sus gafas angulares, como consecuencia se produce un esparcimiento mosquitil bastante guarro por toda la superficie de cristal angular.

La conclusión es que mi torpeza es muy evidente: si hay una situación en la que está claro qué cosa hay que evitar o qué torpeza típica se podría dar pero no llega a darse por ser tan evidente, allí estoy yo para evitarlo con situaciones más parecidas a cómics sin palabras que a la vida cotidiana.

Willy

Willy, la abeja de peluche

Éste es Willy. Es una abeja genial. Es abeja. También es mi mentor de estudios, de estudios de idiomas, quiero decir.

Willy fue un regalo de mi profesora Cecilia Scarso, allá por 3º de la ESO, hace unos siete años más o menos. Cecilia da clases de inglés y francés en el colegio Escuelas Pías de Aluche y me soportó unos años en clase, cuatro por lo menos de inglés, y dos de francés. Yo, por supuesto, no me estaba quieto en clase, hablaba y me distraía continuamente y encima mis notas en idiomas eran siempre un desastre. Nunca se me han dado bien, quizá sea porque no he tenido profesores que me animasen mucho y, sobre todo, porque siempre he sido en estas clases bastante tímido, uno de esos alumnos que no participan y se esconden cuando elprofesor busca voluntarios…

Y un día Cecilia estaba tan harta de mi incansable movimiento browniano que llegó y me regaló a Willy, un peluche que jamás he visto en ninguna otra tienda, y que es muy especial. Yo era muy feliz con Willy, nadie más podía tocarlo y a veces, en mitad de una explicación la profesora se paraba y decía “¡Tú!¡Devuelve a Willy a Guiermo!”.

Guiermo.

Y ahora, unos años después, me doy cuenta de lo buena profesora que es y lo muy tonto que fui al no seguir sus clases como ella pretendía. Todos teníamos nuestras dudas de sus métodos de clase: casi no había gramática, pocos ejercicios… Todo consistía en estar en pequeños grupos hablando, en pequeñas conversaciones, incluso debates. Y a mí me tocaba muchas veces salir con Willy y el resto del grupo a reproducir la conversación que habíamos trabajado.

Y yo me aburría en las clases, participaba poco y así me fue: aprendí poco de lo mucho que podíamos haber aprendido, esto es, a hablar todo el rato, sin importar los errores y la gramática. El caso era hablar. Es un método genial, sobre todo porque ahora, en cursos superiores donde la cuántica y las ecuaciones diferenciales en derivadas parciales abundan y son estudiados en tiempo récord de volúmenes enormes, me doy cuenta de que uno puede cogerse cierta gramática y aplicar un estudio intensivo muy duro y progresar mucho en poco tiempo. Por eso Cecilia no insistía con la gramática, ella sabía que con que estudiásemos tres semanas en algún momento del bachillerato llegábamos ya a un nivel suficiente para los exámenes, mientras lo importante era hablar.

A veces proponía el trato, donde todo el rato teníamos que hablar en el idioma que tocase la clase, y nada es español. Ayudándonos con gestos si era necesario. El trato a veces se extendía a la clase de matemáticas y durante quince minutos aprendíamos logaritmos en inglés. Introdujo también el concepto del cuchicheo, que a algunos nos costó aprender. Incluso una vez quiso organizar un rol en vivo en todo el colegio: toda la clase de francés de unas cincuenta personas representaría, por un día, un castillo medieval francés, disfrazados y todo, la idea era hablar en francés sin parar. Nunca se hizo. Quizá por falta de tiempo o de interés por los alumnos, éramos muy pequeños como para llevar a cabo proyectos de este tipo. Ahora lo haría encantado.

También en los recreos daba clases de cómo hacer marionetas y organizó a todo un grupo de veinte personas hicimos un estupendo guiñol en los recreos, fue la primera vez que vi la capacidad de los grupos de trabajo (¡en turnos de sólo media hora!): había un grupo de actores-guionistas, otro que hizo las marionetas, otro construyó una estructura de guiñol enorme con cortinas y todo (que espero siga en el cole) y otro grupo (que acabé siendo yo sólo) hacía los decorados en papel continuo. Fue un año genial.

Willy sigue aquí conmigo, recordándome esos tiempos y diciéndome “¡Guiermo visita a Cecilia!”. Willy viajará conmigo a los Países Bajos y será mi mentor de Neerlandés, idioma que seguro le es conocido porque Willy es de esa zona. No sé exactamente de donde es Cecilia, creo que es de Bélgica, un día se lo pregunto, y así me cuenta cosas de sus viajes.

Por supuesto Cecilia es Tolkiendilli y está interesada en las lenguas élficas.

Mis saludos y respetos hacia una de las figuras más grandes de mi enseñanza.

martes, junio 07, 2005

Escoliosis Enana

Ustedes pueden pensar que hay personas extravagantes. O que hay personas que a pesar de no tener nada fuera de lo común son extravagantes precisamente por eso. O que son “raras” o que incluso necesitan andar esquivando las rayas de la calle para ser extravagantes y mostrarse extravagantes ante sus vecinos para ser precisamente eso: normalmente extravagantes.

Otras personas nos atamos a la cama.

No es algo que considere especial, a veces si algo incómodo, pero es un asunto extravagante si se mira de un cierto modo, no todas las personas se atan a la cama. A sí mismas, quiero decir.

El motivo es sencillo: espondilolisis bilateral de L5 (sin espondilolistesis). Aunque realmente ése es el motivo extravagante, lo común sería decir: escoliosos, aunque no tiene nada que ver. Pero yo soy extravagante, aunque no por atarme a la cama.

Entre los amigos el motivo se conoce como Función escalón de Verteabriside se muestra a continuación representada en la figura 1.
Posted by Hello

Figura 1: función de Verteabriside

Resulta común el crujido de las vértebras, caderas y esternón. Lo extravagante quizá sea, para ustedes, el que yo me ate a mí mismo a la cama. Motivo: evitar retorcimientos nocturnos y que resto del día siguiente mi espalda cruja como las galletas integrales (ya saben, un crujido al principio y luego una especie de desmenuzamiento).

Tiene sus inconvenientes, no lo niego: a veces la correa que sujeta mi torso contra la cama imposibilitándome girar sobre mis costados, o peor aún, boca abajo, y se escurre hasta el cuello y tengo unas pesadillas de lo más clautrofóbico. Resulta también notorio el hecho de querer levantarse temprano para apagar el despertador (y luego volver a dormir) y descubrir que uno se encuentra pegado a las sábanas, literamente.

Si los dos casos mencionados ocurren simultáneamente una mañana, tras un sueño intraquilo, y se produce un repentino zambullido en la realidad, se obtiene el agravante del piso de arriba: tortícolis.

Pero no se preocupen, la escoliosis enana es síndrome de grandes trabajos y esfuerzos dedicados a una vida cultivada y beneficiosa. Si ustedes conocen un enano escoliótico, es sinónimo de beneficio mutuo para todos. Afortunadamente la nota de corte de medicina es alta, y esperamos que así siga siendo*.

viernes, junio 03, 2005

Convalidaciones

Mientras escarbaba hace unas semanas en una ensalada de la cafetería de la facultad, el descubrimiento de trozos de cáscara de huevo me hizo recordar que mi clase de Caos iba a empezar en breve. Apurando los restos de seto comestible me dirijí un viernes más a la clase a

Hoy, viernes no habrá clase de Caos. El profesor de la asignatura.

Encantador.

Y entonces me acordé del post del ingeniero. – Pues algo de razón si tiene…-

Créditos por Nadar

Tiempo estimado en tren: 50 minutos ida, 50 vuelta más 10 minutos de espera.
Tiempo estimado en autobús: 5 minutos ida, 5 vuelta más 10 minutos de espera.
Días lectivos desde el 4 de octubre al 31 de mayo [aproximadamente un año académico en la UAM]: 112 días.

Operando: (112 días) · (140 minutos/día) = 261 horas aprox.

Nota: las aproximaciones han sido realizadas muy a la baja.

Lo cual significa que, con la actual normativa, me corresponderían unos 26 créditos.
Pero claro, si se tiene en cuenta la normativa Europa de ECTS que contabiliza además las horas de tutoría [disputas con revisores, conductores y máquinas expendedoras] y el trabajo en casa del alumno [compra de billetes, cálculo de concatenaciones de horarios, teoría de asientos-orbitales de Pauli…] entonces podemos subir hasta 33 créditos. Prácticamente un cuatrimestre.

Pero todas esas horas no se han desaprovechado, se puede comer, hacer deberes, variable compleja, dormir, leer, mirar chicas guapas, sacarse mocos, roncar, escribir varios cuadernos mentales, suspirar y, sobre todo, pensar. Pasen y vean.

Estroboscopio: aparato que mide la cantidad de manchitas que tiene un plátano de Canarias.